Hay ocasiones en que los padres notamos cambios en el comportamiento de nuestros hijos y no sabemos cuál es la razón. Es necesario analizar cada caso para valorar la gravedad y las causas de los mismos.
Si has notado cambios de comportamiento agresivos en tu hijo y no sabes cómo comunicarte con él, es posible que tu hijo sufra un trastorno de comportamiento. Para poder solucionar este problema lo primero que debemos hacer es conocer sus manifestaciones y seguir unas pautas que las reduzcan.
Los niños con problemas de comportamiento están casi siempre enfadados o quejándose, no les gusta que les den órdenes y no obedecen. Tampoco aceptan la jerarquía de los mayores y acusan a los padres de que no les entienden o no les apoyan, culpándoles de sus problemas para conseguir sus caprichos.
Cuando el trastorno de comportamiento es más grave, el niño se muestra desafiante y hostil, sobre todo con figuras de autoridad, como los padres o profesores; además, se niega a acatar normas o límites.
El niño se vuelve rencoroso o vengativo y manifiesta su rabia. También acusa a los demás de sus propios errores o problemas de comportamiento y se presenta molesto fácilmente con los demás.
Es muy probable que haya un componente genético causante de este tipo de trastorno, sin embargo, lo más importante son los factores ambientales y cómo reaccionan los padres frente a estas conductas.
Por lo tanto, si tu hijo o hija sigue alguno de los comportamientos comentados, te recomiendo unas pautas imprescindibles a seguir:
1. No seas violento con tu hijo, no le grites, debes mantenerte pacífico y tratar de calmarlo cuando esté alterado.
2. Evita luchas de poder, imponer órdenes puede hacer que se rebele más.
3. Mantén la calma. Explícale lo que se espera de él o de ella, sé firme y no pierdas el control si no cumple lo esperado. En un primer momento, es mejor ignorarle y seguir con lo que se estás haciendo. Cuando finalmente obedezca, muéstrate contento y alaba su comportamiento adecuado.
4. Refuerza las conductas positivas. No le des caprichos si no se porta bien para evitar el conflicto con él. Solo debes darle recompensas si actúa correctamente. Hay varios tipos de recompensa, por ejemplo, los elogios o la técnica de los puntos (a los 4 puntos por buen comportamiento, darle una recompensa, como comprarle una golosina, su postre favorito, una salida al parque, dejarle jugar a algún videojuego que le guste, etc.)
5. Actúa con firmeza, pero no con rigidez. Tienes que combinar la tolerancia con una disciplina adecuada para su edad. Muchos niños no entienden porque deben acatar una orden cuando están inmersos en alguna actividad.
6. Cread una lista de “Normas u objetivos” y colgadla en las paredes o sitios visibles de la casa. Podéis consensuarlas juntos y hacer que las escriban o las lean ellos, que peguen pegatinas en los objetivos cumplidos, etc. A los niños les da confianza saber lo que se espera de ellos.
7. Afianza un comportamiento positivo. Cuando tu hijo afiance un comportamiento positivo, significa que es un buen momento para poder empezar a trabajar con otro comportamiento que deseamos lograr.
8. Proporciónale la atención necesaria. Los niños necesitan atención, por ello, un punto muy importante para crear vínculos positivos es la compañía. Es necesario que pases tiempo con tu hijo de modo relajante y gratificante, que realicéis actividades juntos, que compartáis juegos, que converséis, que les escuches y trates de comprender lo que sienten.
9. Refuérzale positivamente. Y por último, siempre tened en cuenta que el camino para conseguir la disciplina es el refuerzo positivo.
Si sigues todas estas pautas, empezarás a marcar la vía para crear una buena relación con tu hijo y poder eliminar conflictos. Si necesitas apoyo, necesitas realizar algunas consultas o crees que es necesario un tratamiento en mayor profundidad para esta problemática con tu hijo, no dudes en ponerte en contacto conmigo por teléfono o email, estaré encantada de atenderte en mi Clínica de Psicología Psiquesana - Alicia de la Rosa en Valencia.